Hace unos días me llamó enormemente la
atención el poder ver la emoción y ansiedad que creaba entre el público en
general la nueva versión de sistema operativo del iphone. Las expectativas eran
muchas y casi podría llamar interés general en dar a conocer la noticia.
Y
me pregunté ¿cómo está el sistema operativo de nuestro corazón?, ¿cómo está la
memoria que le permite recordar las cosas importantes y los detalles?¿cómo está
el sistema que elimina los errores y actualiza el perdón cuando es
necesario?¿Cómo está la memoria: saturada con el activismo o tiene espacio
suficiente para dar paso a lo que es importante, a lo trascendente, a lo que
nos hace mejores personas?¿Tengo las apps que me permitan ser mejor esposa,
esposo, hijo, hija, hermano, amigo?¿Me doy cuenta de que por más modificaciones
que haga la batería tiene una duración finita y que no puedo pretender que me
alcance a cumplir con todo si la batería se acabará pierda, quien pierda?
Muchas
veces en la carrera desenfrenada del avance tecnológico, podemos llegar a
desechar o eliminar, sistemas, aplicaciones, gadgets que son necesarios para el funcionamiento básico: cortesía 1.0;
respeto 4.5; amabilidad; alegría; sentido de vida; entrega; servicio a los
demás. El problema es que estas aplicaciones que son básicas para el buen
funcionamiento de nuestro corazón, se ven desplazadas MUY a menudo por juegos
que ocupan la memoria y el tiempo y nos dejan sin posibilidad de sacar el
provecho básico de nuestro “aparato”, que es finalmente lo que nos puede ayudar
a ser felices.
Otra
aplicación de la que creo que es importante hablar es GPS, es decir esa guía
que nos permite introducir la dirección a donde deseamos llegar, localizar
nuestra situación y mostrar opciones de ruta que incluyen distancia, precios,
tiempos estimados y hasta tráfico. Esta es sin duda BASICA en el buen
funcionamiento del corazón, pero el problema viene cuando el usuario, no sabe
con exactitud a donde va, no sabe ingresar los datos de manera que pueda
verdaderamente llegar a donde quiere. Otro problema es también que aunque puede
ser que se sepa a donde se quiere llegar, no se tenga activada la
“localización” y esto impida que las personas podamos saber donde nos
encontramos, y nos pase como la caricatura de Alicia en el país de las
maravillas: cuando no se a donde voy, ni donde estoy entonces no importa la
ruta, todo me llevara a algún lugar… la pregunta es ¿quieres decidir a dónde
vas?
Por
último quiero comentar que tanto el corazón debe actualizarse diariamente,
porque cada día surgen nuevas necesidades y por lo tanto nuevas apps que puede
hacernos mejores personas o todo lo contrario, desviarnos de la ruta que nos
llevará a la felicidad y a Dios.
¿Entonces
ya actualizaste tu corazón?