EL AMOR EN TIEMPOS DE COVID👀❤
Desde la trinchera...
Un lugar para compartir la lucha diaria.
Desde la trinchera....
El día de hoy, después de haber visto la película de Julia & Julie, me sentí inspirada para compartir muchos detalles, información y formación que llega a nuestras manos y a menudo se queda ahí, sin llegar a otros.
El blog se llama desde la trinchera porque a menudo la vida diaria es una lucha, donde ganamos y perdemos, donde trabajamos y nos desgastamos; donde tenemos compañeros de lucha; éxitos y fracasos. Y de compartir nuestras experiencias podemos sacar nuevas luchas, nuevas ideas y nuevas aspiraciones.
¿Cuáles son las tuyas?
El blog se llama desde la trinchera porque a menudo la vida diaria es una lucha, donde ganamos y perdemos, donde trabajamos y nos desgastamos; donde tenemos compañeros de lucha; éxitos y fracasos. Y de compartir nuestras experiencias podemos sacar nuevas luchas, nuevas ideas y nuevas aspiraciones.
¿Cuáles son las tuyas?
lunes, 9 de noviembre de 2020
domingo, 20 de octubre de 2013
¿Ya actualizaste el dispositivo de tu corazón?
Hace unos días me llamó enormemente la
atención el poder ver la emoción y ansiedad que creaba entre el público en
general la nueva versión de sistema operativo del iphone. Las expectativas eran
muchas y casi podría llamar interés general en dar a conocer la noticia.
Y
me pregunté ¿cómo está el sistema operativo de nuestro corazón?, ¿cómo está la
memoria que le permite recordar las cosas importantes y los detalles?¿cómo está
el sistema que elimina los errores y actualiza el perdón cuando es
necesario?¿Cómo está la memoria: saturada con el activismo o tiene espacio
suficiente para dar paso a lo que es importante, a lo trascendente, a lo que
nos hace mejores personas?¿Tengo las apps que me permitan ser mejor esposa,
esposo, hijo, hija, hermano, amigo?¿Me doy cuenta de que por más modificaciones
que haga la batería tiene una duración finita y que no puedo pretender que me
alcance a cumplir con todo si la batería se acabará pierda, quien pierda?
Muchas
veces en la carrera desenfrenada del avance tecnológico, podemos llegar a
desechar o eliminar, sistemas, aplicaciones, gadgets que son necesarios para el funcionamiento básico: cortesía 1.0;
respeto 4.5; amabilidad; alegría; sentido de vida; entrega; servicio a los
demás. El problema es que estas aplicaciones que son básicas para el buen
funcionamiento de nuestro corazón, se ven desplazadas MUY a menudo por juegos
que ocupan la memoria y el tiempo y nos dejan sin posibilidad de sacar el
provecho básico de nuestro “aparato”, que es finalmente lo que nos puede ayudar
a ser felices.
Otra
aplicación de la que creo que es importante hablar es GPS, es decir esa guía
que nos permite introducir la dirección a donde deseamos llegar, localizar
nuestra situación y mostrar opciones de ruta que incluyen distancia, precios,
tiempos estimados y hasta tráfico. Esta es sin duda BASICA en el buen
funcionamiento del corazón, pero el problema viene cuando el usuario, no sabe
con exactitud a donde va, no sabe ingresar los datos de manera que pueda
verdaderamente llegar a donde quiere. Otro problema es también que aunque puede
ser que se sepa a donde se quiere llegar, no se tenga activada la
“localización” y esto impida que las personas podamos saber donde nos
encontramos, y nos pase como la caricatura de Alicia en el país de las
maravillas: cuando no se a donde voy, ni donde estoy entonces no importa la
ruta, todo me llevara a algún lugar… la pregunta es ¿quieres decidir a dónde
vas?
Por
último quiero comentar que tanto el corazón debe actualizarse diariamente,
porque cada día surgen nuevas necesidades y por lo tanto nuevas apps que puede
hacernos mejores personas o todo lo contrario, desviarnos de la ruta que nos
llevará a la felicidad y a Dios.
¿Entonces
ya actualizaste tu corazón?
miércoles, 24 de julio de 2013
Rosas, espinas, decisiones y consecuencias.
ROSAS, ESPINAS, DECISIONES Y
CONSECUENCIAS
Por: Ing. Karina Talamás de
Cadena
Llevo días observando la ventana, es
hermoso observar diferentes pájaros que se acercan, el poder escuchar sus
cantos y admirar su belleza. Sin embargo, empiezo a tener un problema: se comen
las croquetas de nuestras perritas y nos dejan todo sucio. De pronto la plácida
contemplación del ave acaba cuando veo el desastre que dejan detrás. Y entonces
he estado pensando en la solución: o quito las croquetas o limpio detrás de los
pájaros.
Pensando me di cuenta, de que al
final todo se reduce a decisiones y sus consecuencias, el bien o mal que se
hace o se deja de hacer; el precio que estamos dispuestos a pagar; el tiempo a
invertir. Debo aceptar que use toda la creatividad posible para poder quedarme
con la mejor parte de todo, quería pájaros y un lugar limpio…. Pero en realidad
por más que lo desee, tengo que renunciar a una de las dos cosas. Este es en
gran parte un reto para nuestros días, queremos todo, pero sin pagar el precio:
galletas que no engorden, matrimonios que funcionen sin esfuerzo, elegir en que
gastar el tiempo pretendiendo que nadie más pagara la factura; carreras
exitosas con familias funcionales… la
lista sería interminable.
La frase de una canción viene a mi
cabeza, establece con claridad lo que nos ayudaría a tomar decisiones más
realistas y sensatas: “O aprendes a querer la espina o no aceptes rosas”. Me
queda claro que es necesario aceptar el reto de aprender a renunciar, porque
cada decisión lo implica: opto por algo y renuncio a algo más. Asumir las
consecuencias de lo que hago y decido no
solo me ayudará a crecer como ser humano, sino me ayudará a tener claro que más
vale equivocarse por amor, que por egoísmo; más vale tener rosas, sabiendo que
lo que verdaderamente vale la pena, cuesta. Cada uno a su manera tendrá que
decidir, si es más la espina o la rosa. Una vez hecha la elección, hay que
mirar al frente y seguir adelante, buscando siempre lo mejor.
Etiquetas:
Amor,
consecuencias,
Decisiones,
familia.
jueves, 25 de abril de 2013
Platicas, conferencias y Talleres
¿Por qué Juanito no distingue entre el bien y el mal?
Tiene como objetivo el determinar las diversas causas
de analfabetismo moral que impera el día de hoy y las opciones de los padres de
familia para formar el carácter y la conciencia en sí mismos y en los hijos.
La misión de los padres en el Siglo XXI
Tiene como objetivo ofrecer las diversas tendencias
nocivas para la familia de hoy y pautas concretas de acción para fortalecer la
familia.
La Familia
Tiene como objetivo establecer lo que es la familia y
establecer las funciones necesarias para que esta sea la comunidad de amor a la
que está llamada.
Las virtudes
Cada una de las virtudes se da en una plática
diferente y la plática tiene como objetivo el establecer que es, como vivirla y
como educar en esa virtud a los hijos: generosidad, fortaleza, orden, humildad
Acéptate y quiérete
Busca definir lo que es una autoestima sana, de
acuerdo a los criterios de nuestra fe y la forma de fortalecerla.
El Sentido de la vida
Busca apoyar al oyente a hacer un alto en el camino
para preguntarse ¿Cuál es el sentido de la vida? y plantearse estrategias concretas para
dirigirla a donde estamos llamados.
OTROS TEMAS:
·
Educar es un riesgo.
·
Vulnerabilidad: el regalo de la imperfección.
·
Carta a las Familias.
·
La autoridad: obediencia como una virtud
necesaria para ser felices.
·
A velocidad moderada en un mundo
acelerado (Virtud de la Prudencia)
·
Mujer Justa, mujer real.
·
Unidad Familiar.
·
Virtud de la Alegría
·
Virtud de la constancia.
·
Virtud de la Obediencia
·
Virtud del respeto.
·
Virtud de la sinceridad.
·
La montaña rusa de la maternidad.
·
Castillos de arena (planear y expectativas
de los hijos)
viernes, 5 de abril de 2013
Querido y
querida, a ti que no me quieres…
Por: Karina
Talamás de Cadena Abril 2013.
Te escribo sin poner tu nombre, porque no quiero
lastimarte, porque tu cara se ha cambiado muchas veces a lo largo de mi vida.
No siempre eres la misma persona. Tu nombre varía, tus facciones y la forma en
la que te quiero.
Hace mucho tiempo, aprendí, gracias a ti que el amor de
sangre no es amor, debería (como muchas veces), pero no lo es. Por ti aprendí a que no puedo
pasarme la vida preguntándome que es lo que hice mal, o como puedo complacer a
alguien a quien nada le bastará. No confundas mis palabras…..o más bien debería
decir, que si no me explico, me lo hagas saber, pues (aunque te cueste trabajo
entenderlo) no quiero lastimarte, ni molestarte, ni incomodarte, porque siempre
seremos familia.
Hice muchos esfuerzos, créeme; consciente estoy de que
tengo muchos errores, sin embargo pido perdón por ellos; pero al menos ninguno
fue consciente. Conforme fui creciendo, busque tu cariño, tu aprobación, al
principio por mí, después por no ver a las personas que más quiero (mis papás y
ahora mis hijos) dolidas por tu rechazo. Y el tiempo pasó, y cada intento se
convirtió en desilusión, cada esfuerzo en dolor… hasta que tomé una decisión:
Quererte por el don que significa que seamos familia, respetarte porque
llevamos la misma sangre, estar siempre buscando lo mejor, pero esperando lo
peor: en resumen quererte gratis, pero me cuesta, como seguramente te cuesta a
ti, pero no sabes cuánto quisiera saber ¿porqué?
Haciendo hipótesis llego a pensar que tal vez piensas que
mi vida es muy buena, tienes razón. Sin embargo pregúntate o pregúntame y verás
que todos llevamos (en la propia forma) una dosis de sufrimiento y de dolor.
Cada uno lleva su peso, la ventaja que Dios me dio es que, con su gracia, si me
caigo me levanto, que busco lo bueno y en ello se me va la vida. No tienes idea
de lo que pasa en mi corazón (como yo no sé lo que pasa en el tuyo), por ello
te contaré un poco. Hay mucha felicidad en mi vida y también hay un dolor
incalculable que me rompe el corazón en lo cotidiano de mis días; siempre será
más lo bueno, pero no por ello deja de doler. Así es, lo que piensas de mí
familia, de mí, lo que hablas a mis espaldas, me dolió, porque no pareces saber
que nada duele más que ver los errores de los hijos y que no les sean
perdonados; nada duele más que ver el corazón de mi madre desecho una y otra
vez porque no respondes a su cariño.
Duele mucho, pero no me quedaré estacionada en este dolor.
La vida es lo que queramos hacer de ella (con la gracia
de Dios) y yo no quiero vivir así, quiero poner por encima de estas terribles
ganas de decirte lo que te escribo, el hecho de decirte que si de algo te
sirve, aquí está mi persona, aquí está
mi familia, aquí esta… pero no confundas, no me vas a lastimar. Si quieres
decirme o reprocharme algo, no daré pretextos, no me cerraré; pero si no tienes
razones para juzgar con tanta dureza, si no hay porque me quieras lejos,
entonces, ayúdame a entender si lo que necesitas es que esté distante, no voy a
imponerte mi presencia; pero no puedes negarme el derecho de ver a quien me
quiere. No tengo derecho a pedirte que me quieras, pero si puedo pedirte que no
me hagas daño, nadie ama lo que no
conoce, sin duda NO ME CONOCES, yo quiero conocerte, pero no depende de mí.
La pelota está en tu cancha, tú decide, pues no es la
sangre lo que nos hace familia, sino el corazón.
jueves, 16 de agosto de 2012
Castillos de arena
Uno
de ellos hacía creaciones complicadas, con túneles, áreas elevadas, pasadizos e
incluso una vía que llevaba el agua de las olas a partes de su castillo. La
otra escarbaba sin cesar, haciendo un hoyo tan profundo que podía caberle medio
cuerpo dentro. Mientras los contemplaba pensé en “sugerirles” cambios, a uno
que estaba mal la entrada del agua, a la otra que se iba a enterrar completa en
ese hoyo, que mejor tratara de hacer algo más “estético”; al empezar a dar
rienda suelta a mi imaginación me di cuenta que mientras yo pensaba como
“optimizar”, “mejorar” e incluso ayudarles a iniciar “un castillo como debe” me
detuve a contemplar la sonrisa orgullosa de cada uno por su creación, su mirada
buscando mi admiración ante las obras únicas de arte en arena y entendí una
gran lección: nuestra misión como papás no está en imponer cambios, rehacer por completo sus castillos (lo
parezcan o no), o solucionarles problemas de edificación, organización y fallas
técnicas.
En
realidad la misión que nos ha tocado es sentarnos a contemplar su obra, no
desde la estatura del adulto, sino sentarnos a su nivel en la playa, para ver
las cosas desde su perspectiva, para admirar su trabajo especialmente por ser
creación de ellos, no por la “perfección” que tenga. La misión más hermosa es
disfrutarles cuando cada uno a su manera particular y única va cambiando el
mundo que le rodea (pues nadie que se precie de estar vivo puede dejar el mundo
igual), creando su aportación, trabajando en el camino de su propia vocación,
siguiendo inspiraciones que podremos no entender, pero no por ello invalidar o
cambiar.
En
medio de aquellos pensamientos, uno de ellos me extendió una pala y con la
mirada tierna como quien no quiere dejarte “fuera del juego” me invitó a
construir el castillo, a participar. Aprendí que si hacemos bien nuestro
trabajo, estaremos siempre ahí para cuando quieran ofrecernos una pala para
colaborar, para apoyar en el área que nos pidan o bien para sacar del hoyo a la
que se le inundó con las olas traviesas. Nos toca contemplar, admirar,
disfrutar y sin duda sufrir cuando veamos un castillo romperse, desplomarse o
ser destruido por ajenos y darles fuerzas para volver a empezar.
Estar
ahí para disfrutar la maravillosa obra y para consolar y dar ánimo cuando las
palas y el corazón se rompan. Son castillos de arena que cada uno hemos tenido
y vivido, pero sin duda como padres nos toca apoyarles a realizar sus sueños,
educándoles en los valores y las virtudes, que cada uno construya su castillo
con bases sólidas del amor incondicional de sus papás y conscientes del inmenso
amor de Dios.
Pero
lo que importa es que construyan ese castillo, que sepan que siempre les
acompañamos, que cuando nos lo pidieron les dimos el apoyo, admiración o
consuelo requerido, para que además de una hermoso y único castillo, tengan en
la memoria un momento que les permita asegurar que sin importar el castillo o
lo que pase con él: siempre lo amaremos y estaremos ahí.
Etiquetas:
Amor,
confianza,
Crianza,
hijos,
maternidad,
paternidad,
sueños
lunes, 2 de julio de 2012
Corazones rojos y corazones rotos.
Contemplaba
los cuadros que compramos hace poco, una pared blanca, un marco con un corazón
plateado enmarcando un rojo corazón de vidrio soplado; en la parte de en medio
un reloj y finalmente un marco con un corazón plateado dividido en dos partes.
Al contemplar la pared, que tanto disfruto, de alguna manera pude ver que esa
pared representa lo que es la vida y el amor de una manera muy simple.
El tiempo es y será siempre
constante, un valioso recurso no renovable, algo que no puedo detener, ni
regresar. Un corazón rojo, brillante, repleto de aire y vida representa todas
aquellas veces en las que el amor es el centro, nos da felicidad, sonrisas,
ilusiones, esperanzas. Y finalmente el corazón que queda…plateado, corazón
roto; este representa todas las veces que el amor nos lleva a sin sabores, a
momentos doloroso (aunque nos hagan crecer), o nos desilusionan, nos llevan a
derramar lágrimas, sentir dolor o impotencia.
Cuando pusimos los cuadros, por azar
el cuadro del corazón roto quedó ligeramente más arriba que el de vidrio
soplado, mi esposo me preguntó ¿porqué pusiste el corazón roto en la parte
superior?, me encogí en hombros pues en realidad había sido la persona que los
puso, quien había decidió cual poner más arriba. Hoy entiendo que aunque sé que
la pared es fija, en la realidad – como una rueda de la fortuna – estos suben y
bajan. Y es entonces cuando encuentro
que me aferro al rojo corazón o bien me puedo sentar a reposar en la nostalgia;
creo más bien que la madurez de cada persona puede encontrarse en el sano
equilibrio entre estos tres elementos, el tiempo infinito pero limitado para
nuestra vida y la sucesión involuntaria de momentos de dolor y gozo; de amor y
desamor; de ilusión y desilusión. Pero con la plena certeza de que siempre hay
esperanza. El dolor de una persona amada, la muerte de alguien que amamos
profundamente, la pequeña o gran derrota de un hijo, la caída de un bebé en el
parque….todas ellas nos llevan a vivir y sentir, lo importante es ¿Qué voy a
hacer con eso?¿Pasaré la vida queriendo evadir los momentos
difíciles?¿Aprovecharé al máximo los cuadros con el corazón rojo?¿Lograré
entender que la única persona en el universo que nunca falla es Dios y que
todos estamos expuestos a equivocarnos, a lastimar (aún sin intención)?.
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